sábado, 13 de agosto de 2016

12/08/2016. Embalse de Ricobayo

Ayer hice una nueva visita de control migratorio a la orilla sureste del embalse de Ricobayo, en términos municipales de Montamarta y San Cebrián de Castro, aunque la mañana la acabé en la parte norte, en Moreruela de Tábara.
Como cabe de esperar en estas fechas la migración es muy notable ya y hay un claro aumento de efectivos en todo el humedal. Además la Salina Grande de Villafáfila se ha secado del todo y muchas de esas aves se desplazan al cercano embalse, a poco más de 10 kilómetros en línea recta, para acabar de pasar el verano.
Justo antes de la salida del sol ya estaba en las orillas de Montamarta. Las garzas reales aún se estaban desperezando de pasar la noche en un gran grupo que se iba disolviendo según salía el astro rey por el Este.

Como siempre en estas fechas centro mis esfuerzos en las aves acuáticas que son las que más alegrías suelen darnos aquí. Y dentro de las especies asociadas al agua, lo mío son los larolimícolas.
Hoy anoté 9 especies de limícolas, todas ellas bastante escasas salvo el andarríos chico. Junto a este, las siguientes: avefría europea, chorlitejo grande, chorlitejo chico, correlimos común, correlimos menudo, archibebe claro, andarríos grande y andarríos bastardo. De esta última especie vi un ejemplar en Montamarta y otro en San Cebrián. Este es el último de los dos.

Lo más interesante fue la observación de un tarro blanco, un juvenil. Esta anátida, tan abundante en los últimos años en Villafáfila, es bastante escasa fuera de ahí por toda la provincia. Personalmente no debo tener más de 2-3 citas fuera de la Reserva Natural, con esta. Llegó al punto donde yo estaba, permaneció unos 5 minutos y voló hasta desaparecer.

En el punto habitual, hoy había 3 cigüeñas negras.

En San Cebrián, con la isla central ya formada, descansaban 26 espátulas, entre garzas reales, cigüeñas blancas y cormoranes grandes.

Con ellas también, 2 garcetas grandes.

El total de gaviotas que conté en todo el embalse fue: gaviota reidora (165 en Montamarta + 35 en San Cebrián), gaviota sombría (4) y gaviota patiamarilla (1). En la imagen, un par de sombrías con reidoras.

Parte del grupo de reidoras de Montamarta.

Y detalle de un adulto.

Desde la orilla de Montamarta conté 63 somormujos lavancos y con un pariente mucho más escaso en Zamora acabé la mañana, un zampullín cuellinegro desde la orilla de Santa Eulalia de Tábara.

Fuera del grupo de las aves acuáticas hubo cosas chulas.
Un par de alimoches, un adulto y su pollaco recién volado, por ejemplo.

Otras rapaces del día fueron: buitre leonado, culebrera europea, milano negro, águila calzada, ratonero, aguilucho cenizo, aguilucho lagunero, cernícalo vulgar, alcotán y gavilán común.
Esta joven collalba rubia fue de los primeros pajarillos a los que iluminó el sol. Cerca de allí protestaba una curruca cabecinegra mientras era perseguida por un ruiseñor común.

Aprecié un pico de paso notorio de tórtola europea. Vi un total de unos 30 ejemplares en varios puntos que, por supuesto, no pienso hacer públicos. Como muchos sabéis este próximo lunes comienza la media veda y en pocos días muchas de estas bellezas, recordemos que es una especie en un estado de conservación lamentable tanto en España como en el resto de Europa, formarán parte de la percha de los cazadores. Es incomprensible que aún forme parte de la lista de especies cinegéticas. Cazadores que necesitan matar para acabar con ese mono que tienen desde enero. Sed de sangre, ni más ni menos.

Una abubilla, como no.

Fueran del orden de las aves, algunas observaciones interesantes.
En San Cebrián vi un par de segundos un eslizón tridáctilo y como es costumbre, a pesar de que esta vez le hice una espera de 20 minutos, fui incapaz de fotografiarlo.
Al que sí pude pillar fue a este galápago de Florida, como sabéis, especie invasora en nuestro país. Se trata de un animal adulto.

Y en un claro del monte sorprendí a esta cierva ocupada en dar de mamar a su recental.

Para acabar os mostraré un viejo puente que permanece bajo las aguas del embalse la mayor parte del año. Está en término municipal de San Cebrián de Castro y servía para pasar el arroyo Valdeladío, que desemboca en el río Esla. En esta parte, hoy en día, este arroyo no es más que un brazo del gran pantano, aunque el arroyo sí es tal aguas arriba, desde antes del mismo pueblo. El puente está en la Ruta de la Plata y seguro que ha conocido tiempos mejores en los que llegó a ser imprescindible para pasar el vallejo que forma el Valdeladío. Hoy en día todos los peregrinos van por el camino adyacente con un puente mucho más moderno.
Como véis está hecho, o forrado al menos, con el material estrella de la zona, la pizarra.
Todo esto es lo que vi prospectando una ínfima parte de las orillas de Ricobayo. Imaginaros lo que sería un censo completo...

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